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| Crop top de Mango en blanco y en negro |
El crop top vuelve a intentarlo este verano. Se trata de una segunda tentativa después de que la icónica prenda que deja ver el abdomen poblara las pasarelas de la temporada pasada sin que consiguiese, finalmente, hacerse un hueco en los escaparates ni ser muy visible en las calles. El crop top surgió en los años sesenta, cuando se empieza a recortar la camiseta y a alargar la falda. Pero por entonces, los cánones del pudor social llevaban el corte por debajo del ombligo, concediendo todo el protagonismo a la cintura y sin dejar ver demasiada piel. A mediados de esa década, la irrupción de la minifalda en 1964 puso freno a su progresión. A la mujer le parecía excesivo dejar más de una parte del cuerpo al descubierto. Y en esa batalla de cortar arriba o abajo, ganó claramente la imbatible minifalda, dejando al crop top con una presencia testimonial y solo visible de manera esporádica en algunas celebridades de la época. Marilyn Monroe, Brigitte Bardot, por ejemplo, posaron con camisas o jerséis cortos, acogidas a ese rol de atrevimiento que siempre cultivaron. Pero poco más.
Derrotados por la realidad, los diseñadores guardaron el patrón en sus cajones durante casi dos décadas. Hasta que, de nuevo, desde el mundo del espectáculo fue apareciendo con cuentagotas: Madonna en el videoclip "Lucky Star" o Jennifer Beals en la película "Flasdance", ambas cintas de 1983, lucieron sendos crops, que comenzaron a crear tendencia. Su uso, eso sí, se ciñó al uso deportivo, siendo el gimnasio o las academias de baile su tierra prometida, a la que llegó aupada por los bailarines de la serie "Fama". Por fin comenzaba a irrumpir en los armarios, en formato sudadera.
Derrotados por la realidad, los diseñadores guardaron el patrón en sus cajones durante casi dos décadas. Hasta que, de nuevo, desde el mundo del espectáculo fue apareciendo con cuentagotas: Madonna en el videoclip "Lucky Star" o Jennifer Beals en la película "Flasdance", ambas cintas de 1983, lucieron sendos crops, que comenzaron a crear tendencia. Su uso, eso sí, se ciñó al uso deportivo, siendo el gimnasio o las academias de baile su tierra prometida, a la que llegó aupada por los bailarines de la serie "Fama". Por fin comenzaba a irrumpir en los armarios, en formato sudadera.
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| Crop top de Zara, precio 19,99 euros |
Con el
corte ya como tendencia, el paso siguiente era inevitable: comenzó su
sofisticación, orientada eso sí hacia el segmento juvenil, cuando enseñar el
abdomen nunca es un problema. Series de gran éxito como "Sensación de
vivir" o "Salvados por la campana" convirtieron la prenda en
parte esencial de sus vestuarios, dándole el empujón definitivo a los grandes
de la moda. A principios de los noventa, Versace hizo que una forma de crop
top, el bustier -ropa interior, casi un corsé, que sale al
exterior-, tomara protagonismo. Lo hizo en la presentación de su colección
"Bondage". A partir de ahí surge una gran variedad de formas, como
los que Avedon en su campaña de 1994 o el que popularizó la actiz Liv Tyler en
el videoclip “Crazy”, de Aerosmith.
Pero ni aún así. La llama volvió a apagarse a mediados de los noventa. Hasta ahora. La pasada temporada aparecieron los bustiers con bandas de Balenciaga, los casi bikinis (que ya son una seña de identidad de Prada y Miu Miu), las camisetas que terminan bajo el pecho de Chloé o los tops ajustados con tirantes de Balmain. Y a su rebufo, y buscando la consolidación de la tendencia, esta primavera veremos la versión que aporta Loewe, con escote en uve, combinado con las cazadoras bombers o bajo ligeras blusas transparentes. También Louis Vuitton quiere que la mujer los luzca este año, de tamaño mini y con manga francesa. Propuestas muy viradas, en tejidos y hechuras, que confirman que crop top ha vuelto para quedarse.


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